“Dicen que todo lo que te rodea queda en silencio en el momento de la muerte.”
Confieso que la primera vez que escuché hablar de Hijos del Tercer Reich, la idea no me motivó mucho. Oh, una mini-serie sobre la II Guerra Mundial, pensé. Otra.
Y es que habrá pocas etapas históricas con tanta repercusión audiovisual como la segunda gran guerra y el nazismo. Prácticamente no ha quedado aspecto sin reseñar, la mayoría gracias a obras de altísima calidad. Desde la magnífica escena del Desembarco de Normandía que pudimos ver en Salvar al Soldado Ryan, hasta las peripecias de los paracaidistas de la 101 Airbone en esa joya llamada Hermanos de Sangre, y eso sin contar con las cientos de recreaciones de los campos de concentración y la persecución judía. En este contexto, pensé que Hijos del Tercer Reich no podría aportar demasiado.
Obviamente, me equivoqué.
Título: Unsere Mütter, unsere Väter (original). Generation War (inglés). Hijos del Tercer Reich (castellano).
Miniserie de 3 capítulos.
Año de emisión: 2013.
(Reseña sin spoilers demasiado importantes. Es decir, los nazis pierden la guerra y tal.)