Del Descubrimiento que no fue tal, y otras curiosidades del 12 de octubre

Hoy es 12 de octubre, día de la Hispanidad y fiesta nacional de la patria que, salvo que se demuestre lo contrario, resulta que es la mía. 12 de octubre; día de la Raza en los países iberoamericanos, Columbus Day en yanquilandia, y día oficial de sentirse avergonzado por haber protagonizado el hecho más trascendente de la Historia Universal en este país nuestro tan especial en sus simpáticas peculiaridades.

(Absténgase algún descendiente de los ingleses que masacraron a los nativos norteamericanos o de los criollos que hicieron riqueza de la esclavitud ajena en venir a darnos lecciones a las personas cuyos ancestros se quedaron tranquilamente en su tierra. Por favor.)

Día, por tanto, perfecto para resaltar algunas curiosidades del Descubrimiento en sí.

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¿Por qué expulsaron los Reyes Católicos a los judíos?

Aprovecho que estos días la serie Isabel está rescatando uno de los puntos más oscuros del gobierno de los Reyes Católicos, y  la que probablemente sea la pregunta que más me han planteado en las charlas sobre el tema. La decisión de marginar primero, expulsar después, a los judíos de la Corona de Castilla, no sólo resulta tremendamente chocante desde la perspectiva de nuestro tiempo, sino que a la larga resultó ser un error tremebundo que lastró para siempre la economía de Castilla. Así que, aunque ya he mencionado varias veces el tema de refilón, me gustaría meterme de lleno en una de las cuestiones más complejas de la Edad Moderna española.

Expulsión de los judíos de España, de Emili Sala i Francés

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Reinterpretando (y mintiendo)

Hoy se celebra el día de la Toma de Granada. Objetivamente, esto significa lo siguiente: que hace 521 años, tal día como hoy, 2 de enero, tras firmar las preceptivas capitulaciones entre los Reyes Católicos y el último monarca de la dinastía nazarí, el desdichado Boabdil, el pendón de Castilla ondeó -tremoló- por primera vez desde la fortaleza que había sido residencia de la familia real nazarita. Por tanto se conmemora que hace 521 años que el núcleo del antiguo Reino de Granada se incorporó a la corona castellana, reino que en su unión con Aragón fue, a su vez, fermento de la actual nación española.

Hasta ahí, es Historia.

El ritual con el que se conmemora tan importante efeméride es corto y sencillo hasta el punto de resultar aséptico. El concejal más joven del Ayuntamiento de Granada tiene cada 2 de enero la misión de tremolar el pendón de Castilla, primero en una ceremonia privada ante la tumba de los citados Reyes Católicos -que descansan para siempre, junto con los restos de su hija Juana y de su marido Felipe, en la Capilla Real anexa a la Santa Iglesia Catedral granadina-, después en el balcón principal del dicho consistorio tras una breve exhortación dirigida a los granadinos –“¡Granada!”, se repite tres veces, y a las tres los congregados responden “¿qué?”-, seguida de tres vivas a España, a Andalucía y a la propia ciudad, acompañados posteriormente de la interpretación del himno nacional, el autonómico y el himno oficioso de Granada, la famosa canción homónima. Todo el proceso se lleva a cabo dos veces más, momento en el cuál el pendón vuelve a su sitio, el concejal y la banda se retiran y los asistentes al acto se pierden por la calle Navas en busca de unas bien merecidas tapas.

Hasta aquí, es tradición. A la que se puede tachar de repetitiva y poco espectacular, pero en ningún modo de intolerante, xenófoba o racista.

La_Rendición_de_Granada_-_Pradilla

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